lunes, 30 de mayo de 2011

Nobleza obliga

Así... de repente... sin siquiera buscarlo... nos conocimos. Una fiesta de cumpleaños fue la ocasión. Que te invito una cerveza, que te enseño cómo se baila esta música si te dejás llevar, que pasame tu teléfono, que tomemos agua antes de irnos manejando nuestras respectivas naves, que... bla bla bla bla.


Y casi sin darnos cuenta, de la nada -"out of the blue" como dicen los gringos- empezamos a gustarnos.


¿Por qué será que cuando las cosas se dan así, tan simples, tan sin vueltas, tenemos reparos? En cambio, pareciera que cuando la historia viene intrincada, retorcida, compleja, uno se lanza al vacío casi sin dudarlo.


¿Será que no puede ser tan sencillo? ¿Quién dijo que las relaciones humanas no pueden ser naturales de entrada? ¿Para qué nos complicamos la vida cuando es mucho más sensato ser auténticos?


Hace menos de un mes que te conozco, y cada día que pasa me siento más en el aire...


Me gusta tu mirada decidida, tu voz ronca, tu sonrisa espontánea, tu energía para hacer las cosas que te llenan, tu libertad. Me gusta que me mimes, que me digas cosas lindas, que me cuides, que me cocines, que me llames. Me gusta gustarte, sorprenderte, charlar sobre cualquier tema. Me gusta pasar tiempo con vos, cocinarte, ver películas, ir del lado del acompañante. Me gusta que me dejes entrar en tu mundo y que aceptes mi invitación a formar parte del mío. Me gusta quiénes somos cuando estamos juntos...


Yo sé que en estas cuestiones es primordial que el tiempo, nuestro propio tiempo, vaya marcando el ritmo... no se trata de soplar y hacer botellas... para nada. Y ni hablar de la importancia que en esto de conocerse hay que darle a los hechos, que dicen más que mil palabras. Pero algo me dice que esta vez puede andar... no sé si será que estoy aprendiendo a ser cada vez más yo, incluso cuando estoy con vos, no sé si será que el pasado me ha enseñado a no apresurarme y a no idealizar así como tampoco dejar que me idealicen, no sé si serás vos y la nobleza que irradian tus ojos... pero siento paz. Y me gusta...